Hace años que pienso en Altar Uco. Aun cuando no tenía nombre, ni tiempo, este proyecto ya era una realidad en mi mente. Los últimos quince años de trabajo en el Valle de Uco –especialmente en Gualtallary- me hicieron comprender cómo son sus suelos, el clima y las plantas que aquí crecen; entender la intensidad del sol y conocer cómo son las personas que trabajan en esta zona. En pocas palabras: me volví parte de este terruño y hoy tengo ciertas certezas, desde mi interpretación personal del terroir, para poder lograr los mejores vinos posibles en este preciso lugar del mundo.
Luego Dios hizo lo suyo: trajo las personas correctas a mi vida en el momento perfecto; así pude comenzar a convertir mis certezas en una realidad guiado por su compañía y una libertad absoluta para crear y trabajar. Como en la vida, en Altar Uco toda meta grande o pequeña que me impongo me motiva para ir más allá, hasta alcanzarla. Altar Uco me impulsa a sumar nuevos desafíos, ya que con mis amigos-socios compartimos el mismo sueño: lograr la mejor expresión del vino en un proyecto permanente y eterno. A futuro, nuestro principal objetivo es encontrar un lugar donde poder construir nuestra propia bodega, el Altar que nuestros vinos merecen.
Esta es nuestra historia. Esto es Altar Uco. Sean bienvenidos.
Juan Pablo Michelini